La glándula timo se encuentra normalmente en la parte superior del frente del tórax. Sin embargo, el timo comienza su desarrollo en la parte superior del cuello durante los primeros tres meses de desarrollo en el útero. Al ir madurando y creciendo el timo, este cae al tórax a su lugar final debajo del hueso del pecho y encima del corazón. El timo controla el desarrollo y maduración de un tipo de linfocitos, los linfocitos T. Los linfocitos T son esenciales para resistir a ciertas infecciones por virus y hongos. Los linfocitos T ayudan también a los linfocitos B a desarrollarse en células plasmáticas y producen inmunoglobulinas o anticuerpos. Los pacientes con el Síndrome DiGeorge pueden presentar defectos en las funciones de sus linfocitos T, y como resultado, tienen una mayor susceptibilidad a infecciones por virus, hongos y bacterias. De la misma forma que en otros defectos en el Síndrome DiGeorge, los defectos de los linfocitos T varían de paciente a paciente. (1)
Los pacientes afectados también pueden presentar glándulas paratiroideas subdesarrolladas (hipoparatiroidismo). Las paratiroides son pequeñas glándulas que se encuentran en el cuello cerca de la glándula tiroides (de ahí el nombre “paratiroides”). Funcionan para controlar el metabolismo normal y los niveles de calcio sanguíneo. Los niños con el Síndrome DiGeorge pueden tener problemas en mantener los niveles normales de calcio, y esto puede provocar que sufran ataques (convulsiones). En algunos casos, la anormalidad paratiroidea es relativamente ligera o no se presenta. El defecto paratiroideo puede volverse menos severo con el tiempo. (1)
El síndrome de deleción 22q11 es un cuadro de anomalía del desarrollo caracterizado por una haploinsuficiencia de una región genómica por deleción de tres megabases en el cromosoma 22q11 y se asocia a una variedad de fenotipos clínicos que incluyen el Síndrome de DiGeorge, el Síndrome velocardiofacial, la anomalía facial conotruncal y defectos cardíacos congénitos esporádicos o familiares. (2)
La región 22q11 contiene genes que juegan un papel importante, durante la embriogénesis, en el desarrollo normal de los órganos derivados de la tercera y cuarta bolsa faríngea, el timo, las glándulas paratiroideas y la estructura conotruncal del corazón. Entre estos genes se incluyen algunos factores de trascripción involucrados en el desarrollo cardíaco. El fenotipo más grave lo constituye el síndrome de DiGeorge, descrito en 1965, que incluye la implantación baja de orejas, fi ltrum corto, telecantus con fi suras palpebrales cortas, hipocalcemia por hipoplasia paratiroidea, defectos en el tracto de salida del corazón (ej., tetralogía de Fallot) y déficit inmunológico, principalmente de células T por hipoplasia del timo8 . El Síndrome Velocardiofacial, conocido también como Síndrome de Shprintzen, combina anomalías cardíacas con una apariencia facial inusual, paladar hendido -a menudo submucoso-, baja talla y dedos largos, delgados e hiperextensibles. La facies se caracteriza por una nariz prominente, bulosa y alas nasales hipoplásicas, micrognatia, microcefalia y ocasionalmente anomalías oculares. El retardo mental, definido como un coeficiente intelectual menor a 70, está presente en un 50% de los casos y es usualmente leve. Los rasgos clínicos pueden ser muy variables. (2)
Existe un considerable sobrelapamiento con el Síndrome de DiGeorge, la mayoría de los pacientes tienen la deleción 22q11 a nivel molecular. La importancia de una correcta fenotipificación de los afectados con la deleción 22q11 radica en el pronóstico resultante, dado que en el caso más severo, el Síndrome de DiGeorge, la sobrevida puede estar seriamente comprometida por la hipocalcemia de difícil corrección y un compromiso inmunológico importante que se complica con infecciones severas; mientras que en el Síndrome Velocardiofacial el cuadro clínico puede ser menos severo. La dificultad en la fenotipificación se hace evidente cuando se presentan las formas sobrelapadas y no se puede establecer con facilidad el síndrome correspondiente.(2)
La identificación temprana es la base fundamental para lograr un abordaje oportuno y para ello la hipocalcemia, las cardiopatías complejas o las facies anormales asociadas con múltiples malformaciones deberán ser los signos de alerta para la sospecha temprana del síndrome de deleción 22q11. Una correcta semiología para la rápida identificación de malformaciones mayores y menores deberá ser sustentada por un adecuado entrenamiento de un equipo multidisciplinario. (2)
BIBLIOGRAFIA:
- (1)Primary Immune. (2011). Obtenido de https://primaryimmune.org/wp-content/uploads/2011/04/El-S%C3%ADndrome-DiGeorge.pdf
- (2) Pablo Mattos Navarro, Igor Salvatierra Frontalilla, Andrés Bartos Miklos. Síndrome de delección 22q11, a propósito de un caso. 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario